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¿Por qué el Feedback es un regalo?
Cada día más empresas intentan subirse al tren de la Agilidad. Se suben a la carrera, intentando implantar a marchas forzadas marcos de trabajo como Scrum o Kanban sin intentar adaptar su mentalidad y buscando soluciones rápidas que no siempre llegan sin ese cambio cultural. La cultura del feedback va mucho más allá que adoptar un marco o seguir una metodología. Se basa en un pilar fundamental, la comunicación, con el que se pretende conseguir transparencia y honestidad entre los miembros de una organización.
En muchas ocasiones, la opinión y feedback pueden parecer lo mismo, pero son muy diferentes. Una opinión es algo subjetivo, una valoración o juicio que genera una persona sobre alguien o algo concreto. Sin embargo, el feedback es información objetiva, basada en datos y conocimientos contrastados; ésta responde siempre a una situación, producto o comunicación previa y puede servir de gran ayuda para mejorarla.
Beneficios del feedback
El feedback puede aportar numerosos beneficios, como los siguientes:
- Transparencia: Una comunicación honesta y fluida ayuda a clarificar expectativas y objetivos, mantener el foco y unificar ideas. Todo es más sencillo si sabes exactamente qué ha fallado o la dirección a la que deberías dirigirte. ¿Eres honesto a la hora de expresar tus inquietudes?
- Agilidad: Ser constante y dar feedback de manera frecuente nos permite adaptarnos más rápido, corregir errores a tiempo e incluso superar bloqueos. Esperar a la revisión trimestral, o incluso semestral, no suele ser la mejor idea si quieres tener cierto margen de adaptación. ¿Expones tus dudas cuando te surgen?
- Alineación: Es muy importante fomentar el trato bidireccional. Todos en el equipo deberían poder dar feedback, independientemente de su nivel jerárquico. Esto ayudará a las personas a sentirse más unidas y mantenerse centradas en los objetivos. ¿Hablas con la misma confianza a todos los miembros de la organización?
- Motivación: Dar feedback no es sólo decir cosas negativas o mejorables. Hay que valorar lo positivo y agradecerlo. Los comentarios positivos generan un gran impacto en las personas; las retroalimentan, se sienten más valoradas y mejoran su rendimiento. Y tú, ¿has agradecido algo hoy?
- Confianza: Tener libertad de expresión y sentirse comprendido evita que se acumulen inconformidades al trabajar. Para ello la comunicación asertiva y el respeto son claves. Es mucho mejor decir que estás incomodo e intentar arreglarlo cuanto antes que esperar a que todo explote. ¿Comunicas tu malestar a tiempo?
- Empatía: Aprender a dar y recibir feedback de manera efectiva es un gran trabajo de manejo emocional. Es muy normal tener miedo a recibir quejas. Uno se pone a la defensiva y puede sentirse atacado. Por eso mismo la empatía juega un papel fundamental. ¿Cómo te gustaría a ti recibir la crítica? ¿Hay alguna manera de hacer el proceso más fácil?
¿Cómo dar feedback de manera efectiva?
A la hora de dar nuestro feedback a alguien debes tener en cuenta lo siguiente:
- Encuentra el momento y medio adecuados: No todas las ocasiones son buenas y hay que saber detectar cuándo puede ser más beneficiosa, o menos incómoda, una conversación. Asegúrate de que la persona esté dispuesta a escuchar y, si es posible, en una conversación cara a cara.
- El tono es importante: En el entorno laboral un tono profesional atraerá más la atención de tu colaborador, pero recuerda hacerlo de una forma cercana. Cada persona es un mundo y tiene sus formas de comportarse, pero a todos nos gusta que sean amables con nosotros.
- Empieza la conversación mencionando o agradeciendo algo positivo: Predispone a la otra persona a escucharte y le hace sentirse valorado. Recuerda felicitar por las habilidades o los logros siempre a nivel individual y no grupal.
- Céntrate en el problema, no en la persona: Sin poner etiquetas o adjetivos calificativos que puedan poner a la defensiva a la otra persona. Ten en cuenta que lo que quieres transmitir son los hechos de manera objetiva e intenta alejarte de un juicio subjetivo de la persona. Recuerda, sé específico y concreto.
- Valora a la otra persona y da opciones: Ponte en el lugar de la otra persona y hazle ver que entiendes su situación. Además, siempre puedes dar ideas o sugerencias para orientar a la otra persona sobre cómo hacer las cosas.
- Acaba también con algo positivo: Como se suele decir, a nadie le amarga un dulce. Recibir una crítica puede ser difícil así que recuerda terminar mencionando algo positivo, igual que al inicio.
¿Cómo recibir feedback?
Recibir feedback de la mejor manera posible también es importante, por tanto, recuerda:
- El feedback es un regalo: La única manera de mejorar es aprender cosas nuevas y, en muchos casos, como mejor se aprende es de los errores. Recibir feedback de tus compañeros es un regalo y es así como debería tomarse. Puede que no llegue en el momento adecuado o que las formas no sean las correctas, pero su objetivo siempre suele ser la mejora y evolución continuos.
- Mente abierta: Todos pensamos o experimentamos las situaciones de manera distinta. Intenta empatizar con la otra persona.
- Acepta sus comentarios: No es necesario que respondas precipitadamente ni dar excusas. Podéis no tener la misma opinión y eso está bien. Sin debate no hay aprendizaje.
- Céntrate en todo lo esencial y aprovéchate de ello: Quédate con la información que más relevante o de ayuda te resulte. Saca provecho a las palabras de tu compañero.
- Pide sugerencias: Si tienes alguna duda o no sabes cómo actuar pregunta. No te quedes con nada en el tintero.
- Valora y agradece la aportación: Recuerda que no siempre es fácil dar feedback y céntrate en lo positivo. De todo se aprende algo.
La cultura de feedback continuo es una herramienta muy útil en cualquier ámbito, pero más aún en las empresas que se mueven en entornos de incertidumbre y complejidad. En Kelea somos fieles defensores de esta práctica e intentamos incentivarla y promoverla allá donde vamos.
Y tú, ¿practicas el feedback en tu organización?
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