¿El grado de madurez Agile de los equipos se puede medir?

Conocer y entender la madurez de nuestros equipos en la adopción de Agile es esencial para avanzar en la dirección correcta mediante las iniciativas de formación, sensibilización (cultura Agile), mejora continua o implantación del marco de trabajo/escalado y los procesos adecuados en cada momento. Ante esto, nos planteamos si se puede medir el «grado de madurez Agile» de los equipos.

Uno de los mayores errores a la hora de gestionar un cambio cultural, operacional y/o organizativo reside en la definición de un roadmap sin haber tenido en cuenta las particularidades de la organización con la que colaboramos, generando un sentimiento de frustración y provocando en consecuencia una desmotivación y falta de compromiso generalizados para con dicho proceso de cambio.

Dicho de otra manera, arrastramos en lugar de acompañar.

 

¿Se puede medir el grado de madurez Agile de los equipos?

Medir el grado de madurez Agile de los equipos es posible, además de ser un ejercicio altamente recomendable. La diferencia la marcarán:

  1. La calidad de las preguntas realizadas
  2. Lo precisos que hayamos conseguido ser en dicha medición (es decir, que la información recogida sea fiable y objetiva)

Como se puede apreciar, el segundo punto está directamente relacionado con el primero.

 

¿Por qué deberíamos medir este grado de madurez?

A menudo tratamos de dar pasos que no se corresponden con el momentum de un determinado equipo/organización, es decir, con las necesidades e idiosincrasia de éste en un contexto muy concreto.

Esta medición nos permitirá conocer de primera mano hasta qué punto Agile está siendo comprendido y llevado a la práctica y, en consecuencia, optar por la toma de decisiones más oportuna, útil y aplicable en cada situación.

 

¿Cómo podemos medir el nivel de madurez agile de un equipo?

En la actualidad existen multitud de encuestas y cuestionarios, la mayoría de ellos con preguntas cerradas y que favorecen un alto grado de dispersión y de distorsión en las respuestas, y por tanto en los resultados que estas arrojan. Esto se debe a (entre otros):

  • Qué entiendo yo por…
  • ¡Pero cómo voy a puntuar bajo..!
  • Pues yo creo que somos un equipazo…
  • Aquí no funciona nada…
  • «Sí/No» a todo…

 

En Kelea apostamos por un modelo propio, el Kelea Maturity Index, un mapa de diferentes aristas basado en nuestra experiencia, orientado al diálogo y a la revisión continua por parte de los equipos, fundamentado en 7 pilares principales que facilitan el aterrizaje y la comprensión del punto de situación de cada uno de ellos.

 

Visión estratégica

Hasta qué punto existe una visión compartida de la estrategia de negocio y cómo ésta impacta en los objetivos a nivel de equipo (¡y qué relación guardan con la anterior!)

 

Gestión de la demanda y flujo de trabajo

Cómo gestionamos las peticiones/entradas en nuestro sistema y les damos salida de una manera eficiente, organizada y unificada, maximizando la entrega de valor

 

Gestión y priorización del backlog

Analizamos la existencia y uso de un backlog de trabajo debidamente estructurado, revisado y priorizado para dar salida a la demanda, así como si todo el trabajo del equipo gira alrededor del mismo

 

Capacidad del equipo

La importancia de medir nuestra capacidad de entrega, cuan predecibles somos y qué decisiones se toman al respecto en base a las métricas disponibles. ¿Qué percepción tienen nuestros equipos?

 

Organización del equipo

Cómo nos organizamos, qué roles/competencias existen o echamos de menos en nuestros equipos (trabajamos en silos o contamos con todo el conocimiento necesario para el desempeño de nuestra labor sin dependencias externas)

 

Mejora continua

Buscamos entender si los equipos se dan feedback y se reúnen periódicamente para analizar cómo se está trabajando, unificar criterios en torno a un propósito común y levantar iniciativas de mejora con un plan de acción claramente definido

 

Salud del equipo

Dicen que sin salud todo lo demás no importa, ¿verdad? En este pilar nos centramos en que el equipo comparta su visión respecto al grado de autonomía, motivación o colaboración entre otros, así como de los recursos disponibles para llevar a cabo su labor

 

¿Qué nos dice nuestra experiencia?

Cómo ya se mencionaba más arriba, nuestra experiencia nos dice que no es nada difícil encontrarnos con un mundo de “realidades paralelas”, preguntas mal planteadas o respuestas que no se corresponden con el estado real de madurez de los equipos.

De ahí la creación de nuestro Kelea Maturity Index, con el objetivo de dar luz a nuestros clientes y ayudarles a acometer con garantías un proceso de transformación a todos los niveles, desde el diálogo con los equipos y el foco en la revisión continua de estos indicadores.

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar.”